lunes, 24 de mayo de 2010

Ron'psodya

La bruma blanca,
cubría todas, las salidas.
Estaban todas dentro,
de mi cabeza, y se reían.

Solo una
logró salir
las demás,
debían morir.

Entonces, tu dijiste
yo me voy de aquí,
yo necesito alguien
que me haga vivir.

Y entonces,
ocurrió
un frió viento
se levanto.
Se llevo la bruma,
y la razón.
Mi mente,
se transformo,
salio de mi cuerpo,
y exploto.

La brisa,
tomo el control,
y el mundo entero,
grito mi dolor.

Ahora en tu ausencia,
siento un agradable calor.
El invierno parece mas frió,
pero solo lo es, en mi colchón.

Solo espero,
morir pronto,
allí, aunque lejos,
se que no estaré solo

Tarde Lluviosa

No puedo decir que no me gusta, pero tampoco puedo decir que es lo que quiero. Por momentos estoy tan seguro. Pero simplemente te apareces mirándome, y clavando esa bendita duda, y entonces todo es tan real, tan evidente.
Aunque solo dura un momento, por que luego desapareces de aquí, no dejas ni rastro, ni un adiós, y mi mundo vuelve a regirse por vanidades, y eso no es lo que quiero, es tu breve y singular sonrisa lo que deseo.

Esa sonrisa

Que puedo decir? Si este mundo al final siempre es tan... mmm... "salvaje".
Las leyes que la "naturaleza" a plantado siempre terminan triunfando, no interesa lo mucho que me esfuerce por saltar para tocar el techo, siempre seré arrastrado inexorablemente hacia abajo. Hasta quizá logre tocar el techo (oh, si, si que lo eh tocado), pero de que serviría? no puedo permanecer allí, solo me lleva a anhelarlo aun mas.
Oh, y se que el techo me mira, y sonríe, pero se burla o me anhela? Podría volcar la casa, y al fin lo tendría, pero, que me falta? Descifrar esa sonrisa...

Acaso no ves que creo en todo lo que dices?

Se que es tu puñal a lo que me aferro,
Y mi propia sangre lo que bebo,
Pero aun en mi demencia,
Entiendo que solo soy tu juego.

El momento esta llegando,
Mi sangre a echo un charco.
El frió se apodera de mis manos,
Se que pronto, respirar sera en vano.

Pero no os preocupéis,
solo me estoy preparando.
Para resistir esta tormenta,
debo dejar atrás, mi cuerpo humano.

Y tu me hablabas de la libertad?
Aun no se que idioma estas hablando,
Sabes que estoy pensando?,
Que yo podría haberte guiado,
Por este hermoso bosque,
Con mi brazo, te habría rodeado,
En el mañana, jamas hubieras pensado,
Pero ahora voy solo, caminando.
Se que ya no tengo pies,
Pero siento que voy tropezando,
Tu recuerdo aun esta vivo,
Por lo que me queda una eternidad, para seguirme desangrando.

lunes, 18 de enero de 2010

Like a free fish in a captive world.



44, 45, no podía resistir mas, 46, mi garganta parecía hundirse en mi pecho, pero debía aguantar hasta mi limite, 47, ya no soporte mas, expulse todo el aire viciado de mi pecho intentando ganar unos segundos mas, 48, no fue suficiente, mi cuerpo decidió obedecer al instinto de autoconservación antes que a mis deseos. Con un solo rápido movimiento mi cabeza emergió del agua y unas ondas y rápidas inspiraciones pretendían restablecer el vital oxigeno a mi cuerpo. Formó mi cara una sonrisa al pensar en la tuya cuando surgieras del agua.

El sol radiante de las 16:22 calentaba lo suficiente para aumentar la deseabilidad de la pileta, pero no tanto como para causar daño. Desde donde estábamos podíamos observar el verde valle en toda su extensión, y detrás nuestro, la cabaña no tenia éxito al ocultar el cerro ante el que estaba, con sus altos picos y diversas tonalidades de verdes y marrones. El agua de la pileta estaba tan clara que podías ver tus pies sobre el fondo azul.

Pero nada de eso habría estado completo sin algo, sin alguien. De que le serviría al hombre recorrer las mas impresionantes y majestuosas creaciones naturales si no tuviera a nadie a quien describirlas? o incluso compartirlas.

Y allí estaba yo rodeado de toda esa belleza, de toda esa vegetación y fauna, refrescante y activa. Parecía que el propósito de todo eso, era ser nuestros trovadores, quienes poéticamente cantaban la historia de un guerrero que abría echo y dado todo lo que su amada cortesana necesitara. Nunca en exceso, pues sabia que no era bueno, tampoco dejaba que todo lo obtuviera con facilidad. Pero aun si, entre ellos existía una confianza y entrega sin igual.

Paradójicamente, en aquel momento no podía observar nada a mi alrededor, mi sentidos eran atraídos por ti, por tus ojos inquisitivos, tu tersa piel y el armónico timbre de tu voz.
Aunque, finalmente me percate de mi entorno cuando abrí mis ojos y acepte que no estabas, que nunca habías estado y que quizá nunca estarías allí, conmigo.